No es la primera vez que los actuales partidos que sustentan el Gobierno han intentado aprobar una subida a la fiscalidad al diesel para ir equiparándolo al que soporta la gasolina, Así en la legislatura anterior, en sucesivos proyectos de ley en 2019 y 2020 se planteó dicho incremento, que sin embargo no prosperó al ser tumbado en su trámite parlamentario,
Cabe recordar que ya en 2018 los carburante sufrieron una importante subida impositiva de hasta 4.8 céntimos según las Comunidades Autónomas para equiparar en todo el territorio nacional el tramo autonómico que hasta esa fecha se venía aplicando y que tenían establecidos diferentes importes.
En esta ocasión, la propuesta introducida por el Grupo Parlamentario socialista, a través de una enmienda introducida al proyecto de e Ley de prorroga del impuesto extraordinario a la Banca, plantea una subida de nada menos que 10 céntimos en el impuesto de los carburantes referido al diésel de automoción, que se aplicaría a partir del próximo mes de Enero, lo que a juicio de FENADISMER afectaría muy negativamente a la viabilidad de una parte importante del sector del transporte por carretera, especialmente transportistas de pequeña dimensión, que no tendrían posibilidad alguna de “digerir” dicha subidón impositivo.
Y es que contrariamente a lo señalado en la enmienda presentada,, dicho alza sí afectaría a todos los transportistas titulares de vehículos de menos de 7.5 toneladas, la mayoría transportistas autónomos, los cuales representan casi una tercera parte del total de la flota de transporte en España, en concreto en torno a 130.000 vehículos de transporte de mercancías, los cuales que soportarían íntegramente la subida de dicho impuesto, ya que la actual regulación existente sobre el gasóleo profesional para el sector del transporte por carretera impide a estos transportistas poder obtener la devolución por parte de la Agencia Tributaria de cualquier incremento impositivo que se aplique a los carburantes.